5.10.2005

pequeño ejercicio estilístico: "un dia en el año"

Es viernes, otro viernes de otoño. Las hojas de los cientos de arboles del loquero empiezan a colorearse de ocres y dorados, para luego caer en ese ultimo viaje hasta el piso. Entro, como casi cada dia, con mi mochila, con mis escasas ganas de viernes, con mi sueño a cuestas ( no estoy durmiendo bien ultimamente). Pero algo distinto se respira entre las calles del hospital, un ambiente festivo, una anormal alegria... Desconfio de mis sentidos, pero no, es tal cual lo veo y lo siento, algo esta por pasar. Ese aire alegre me infunde algunas fuerzas mas y me dirijo al consultorio. Sorpresa, pocos pacientes, los locos hoy no se sienten enfermos. Respiro aliviado, algunas veces mis ganas se quedan remoloneando en la cama, y hoy es uno de esos dias.
Preparo unos mates, me siento en el escritorio, hojeo el diario lentamente, los minutos pasan, vuelvo a levantar la vista, pero no, no hay nadie esperando que lo atienda...
A lo lejos escucho un sonido que el viento lleva y trae, a veces mas claramente: es una música pegadiza, una cumbia y mis pies se mueven suavemente, acompañando el ritmo. Poco rato después ya no puedo estar sentado. Estoy solo en el consultorio, me acerco a las ventanas, en las diferentes salas se nota movimiento. La curiosidad empieza a ganarme y salgo caminando hacia una de las barracas donde los locos pasan con mucha mas pena que gloria sus dias grises. Pero hoy es distinto, entre las nubes asomo un calorcito desacostumbrado para esta época del año.
Entro en la sala Bayle, una de las que menos me gustan del hospital: alli no puedo conseguir la mas mínima colaboración del personal, cada indicación médica es tomada como una afrenta, como una orden que rompe el statu quo del "funcionamiento": pero hoy esta todo muy raro.
Un paciente me reconoce y me saluda: Doctor ¿ ud va a la fiesta?. Fiesta? pregunto. Si, me contestan, hoy es el cumpleaños del hospital, 128 años...
Otro paciente recrimina duramente a un compañero por la ropa que lleva puesta, con una camisa que asoma por el cierre abierto del pantalon: ¿asi vas a ir a la fiesta?, anda a acomodarte la ropa, y luego, mas calmado, lo ayuda a vestirse.
Salgo de alli bastante contrariado. Sigo la musica y me encuentro casi frente a la dirección, donde terminan rapidamente de armar un escenario. Algunas pacientes bailan abrazadas o de la mano, se rien desaforadamente, corren, me saludan a los gritos, me invitan a bailar con ellas. Declino la invitación, argumentando falta de tiempo, y me voy, salgo del hospital...
Es lunes, son las 8:30 , entro al loquero, es otro lunes de otoño, las hojas , ocres y doradas hacen su ultimo recorrido hacia el suelo, hace frio, mucho frio.....