Es extraño lo que voy a escribir, pero creo que necesario para mi,quizas porque no he hablado demasiado del tema, quizas porque no he dicho todo lo que la extraño, tantas veces, a mi vieja.
Resulta que ya se van a cumplir tres años desde que se fue, despues de vivir intensamente todos sus años de vida, de dar amor a montones a mi y a cada uno de sus alumnos de la "Modelo", la escuela que creo junto con mi papá hace ya 35 años, en Santa Teresita... Se murió mi vieja, y la causa es quizas un dato anecdótico, de importancia exclusivamente médica, no distinta de las que acontecen a mujeres de su edad, aproximadamente. Se murió, pero sigue estando tan pero tan presente... Digamos que sueño con ella, cada cierto tiempo, no demasiado establecido, y siempre la veo mejor, mas joven, llena de energia, y diciendome cosas como : " no te preocupes, estoy muy bien". Pero, esto no es tema suficiente para un post, tal vez. Sin embargo queria escribir sobre ella, sobre su candidez, su tolerancia a todo, su mente ( y su corazon) que se debatian entre una firme concepción religiosa y una postura muchas veces lejos de cualquier preconcepto, lo cual la hacia tan imprevisible en lo ideológico, y tan coherente en los hechos: mi vieja dio todo, todo el tiempo, sin mirar a quien; no solo fue maestra, tambien dio amor a los chicos de los hogares de la Fundación Betel (Maranatha), defendiendolos de padres inconsistentes, pero mas de jueces faltos de realidad, a los cuales enfrentó en mas de una oportunidad, para salvaguardar a los verdaderos destinatarios de su esfuerzo: los desprotegidos, los nenes de los hogares...
Tuvo la suficiente lucidez para no caer el la megalomanía de creer que Dios, y la Obra de Maranatha, con todas sus buenas intenciones podia reemplazar a una familia bien constituida, con alimento y trabajo, con amor y respeto...
Mi vieja, que apenas si podía putear, que consideraba que palabras como Pánfilo eran lo suficientemente fuerte como para no ser dichas al descuido; mi vieja, la maestra, la Señorita Graciela, se fue un 5 de julio de 2003, en su cama, con todos nosotros ahi cerquita. Quizas porque sabe que no pude llorar,porque conocia lo que el destino le tenia reservado desde la primera vez que supe que notaba algo raro en su panza; quizas porque me fui acostumbrando despacito a saber que mas pronto o mas tarde nos iba a dejar ( cosa que jamas me preguntó, obviandome el tener que decir algo que no hubiera podido), ahora se aparece cada tanto en algunos de mis sueños, y si bien nunca sueño cosas tristes, son esos los momentos en que me despierto llorando, como pocas veces lo hago, y entonces descubro que su presencia tiene una finalidad, como para cerrar etapas, tan coherente como siempre, ella, permitiendome elaborar este duelo inconciente casi casi, sin dolor...
